La fiesta de Halloween se ha convertido en una de las celebraciones más populares del siglo XXI. Pero, quizás muchos no conozcáis que aunque la versión actual, la de los disfraces y el ‘trick or treat’, proviene de Estados Unidos, el origen de esta fiesta es europeo y mucho más antiguo.
Los pueblos celtas de Irlanda tenían, la noche del 31 de octubre, un festival conocido como Samhain, que significa “fin del verano” y que celebraba el final de la época de cosechas y el comienzo de un nuevo año celta, que coincidía con el solsticio de otoño. Esta fiesta representaba la muerte y renacimiento de su dios, al igual que lo hacían los campos y la naturaleza.
Durante esta noche, se creía que la puerta entre el mundo de los espíritus y el de los vivos quedaba abierta, por lo que los fantasmas de los difuntos vagaban libremente y el poder mágico de los druidas crecía debido a esta conexión con el mundo astral. Era costumbre utilizar nabos llenos de carbón ardiendo como faroles para guiar a los familiares fallecidos y asustar a los espíritus malvados. Además, los niños recogían presentes de todas las casas para ofrecérselos a los dioses.
Así que cuando veáis a niños y niñas en vuestra puerta pidiéndoos chuches, acordaros que no son para ellos... ¿o sí?
Mientras lo pensáis, os dejamos algunas imágenes terroríficas de la celebración de Halloween un año más en nuestro centro. Cada curso, en su clase, lo ha trabajado utilizando distintos recursos.
A nivel de centro, se ha montado en la biblioteca una exposición temática. Excusa perfecta para que todo el alumnado pueda descubrir nuevos títulos de los más diversos géneros literarios.
Pero como siempre, agradecer la colaboración de las familias que han trabajado en la realización de los disfraces de sus hijos/as y en la decoración de algunas clases y de la biblioteca. Sin vosotros no hubiera sido lo mismo.
¡GRACIAS!
